Generalmente se realiza en aquellos pacientes con dificultad para la retracción de la piel del pene durante la actividad sexual o en los que al cerrarse tanto provoque alteraciones en la salida de orina y los consecuentes riesgos de infección. Es importante conocer los beneficios que se obtienen a través de la circuncisión, como son la mejoría en la higiene personal, disminución del riesgo de infecciones locales, enfermedades de transmisión sexual, VIH o virus del papiloma humano. Así mismo se ha comprobado una menor incidencia de cáncer de pene en los pacientes que se someten a este procedimiento.

Se puede realizar con anestesia local, regional o general, dependiendo de las preferencias de cada médico y condiciones del paciente. Se inicia generalmente con la liberación del frenillo, posteriormente se mide la cantidad de piel a retirar, una vez retirada la misma se inspeccionan sitios de sangrado y se procede a unir los bordes de la herida con suturas auto absorbibles. Al finalizar se coloca una venda y apósito alrededor de la herida para hacer compresión y disminuir los riesgos de sangrado e inflamación.

Después del procedimiento se recomienda un reposo relativo, evitar ejercicios intensos y tomar abundantes líquidos. Las curaciones son las habituales de cualquier herida: lavado cada 12 horas con agua y jabón neutro, uso de gasas y vendas alrededor de la herida para evitar contaminación y disminuir la inflamación. Se sugiere realizar una cita de seguimiento de 10 a 14 días posterior a la cirugía para vigilar la resolución de la inflamación y una adecuada cicatrización. Los puntos se comienzan a desprender 2 a 3 semanas después de manera espontánea. Se sugiere un reposo mínimo de 6 semanas antes de reiniciar la actividad sexual.

El costo de una cirugía es influido por muchos factores: los equipos e instrumentos necesarios para realizarla, el hospital elegido para llevarla a cabo, así como la experiencia, pericia y credenciales del equipo quirúrgico que incluyen anestesiólogo, cirujano principal y ayudantes quirúrgicos. Lo más importante es realizar una adecuada valoración para decidir quién se debe de operar y qué tipo de cirugía se debe de realizar, siempre tratando de buscar los mejores presupuestos sin poner en riesgo la seguridad del paciente y el trabajo del médico.